El papa Juan Pablo II llegó el 8 de noviembre al aropuerto de Manises en la primera visita oficial de un Papa católico a Valencia. A la llegada del avión de las Fuerzas Aéreas Españolas, el arzobispo de Valencia, Miguel Roca Cabanellas subió a bordo para darle la bienvenida, y cuatro minutos más tarde era recibido con cantos y ondear de banderas.
Juan Pablo II, tras saludar a los obispos de la Provincia Eclesiástica de Valencia, rompió el protocolo para estrechar las manos de los fieles. Tras bendecir la cruz de Chirivella, monumento conmemorativo de la visita papal, la comitiva se dirigió hacia la Catedral. A su llegada a la plaza de Zaragoza le esperaba una impresionante multitud. Ante la puerta de los Hierros estaba la corporación municipal con Ricardo Pérez Casado al frente. El alcalde entregó las llaves de la ciudad, en un gesto de hospitalidad.
Visita privada a la Basílica
Tras entrar en la Catedral y bendecir a los que allí se congregaron, el Papa salió por la puerta de los Apóstoles y saludó a los miembros del milenario Tribunal de las Aguas. Después entró en la Basílica de la Virgen en una visita privada, en un clima íntimo. Setecientas cincuenta mil personas le aclamaban mientras mostraban escudos con el lema Totus tuus.
Seguidamente el Papa fue a la Alameda, donde se desarrolló la ordenación sacerdotal de 141 diáconos. La homilía duró 38 minutos y fue interrumpida 34 veces por los aplausos. El Papa finalizó con unas palabras en valenciano.
En la plaza de la Virgen destacó el tapiz de 9×11 metros que presidió el encuentro con los ancianos, tenía motivos ornamentales, cojuntos de flores y naranjales, y había sido realizado por Miguel Galbis. Rodeaba el tapiz una cenefa barroca en cuyo centro aparecía el lema del Papa: Totus tuus.