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Rafa Corell, premio al Educador Marianista

Los reconocimientos al educador marianista se otorgan a educadores de nuestros colegios que han entregado muchos años de su vida al proyecto educativo marianista. Valoran la vocación educadora capaz de perdurar en el tiempo, los rasgos de la pedagogía marianista encarnados en una persona, la capacidad de darse, el afán de mejorar siempre, la disponibilidad, la apertura al cambio, el talante cariñoso hacia los compañeros de trabajo, el sentido del trabajo en equipo, la ilusión siempre renovada, el valor de superar las crisis, el amor y la preocupación constante hacia los alumnos, el compromiso con la red, el estar siempre ahí… Hemos de reconocer con orgullo que contamos con muchos educadores así en nuestros colegios.

El Comité de Dirección de Colegios Marianistas ha distinguido, de entre los candidatos propuestos por los distintos equipos directivos, ha distinguido en este año 2018 a Rafa Corell, de nuestro colegio, con el premio Guillermo José Chaminade.

Con él también han distinguido a nuestra compañera Magdalena Delgado, del colegio San Felipe Neri (Cádiz), a la que aprovechamos para felicitar desde aquí. Este premio reconoce a los mejores educadores marianistas de nuestros colegios por una larga trayectoria dedicada en ellos. Enhorabuena a los dos.

Así le presentan en el fallo del premio:

Rafa Corell

Rafael Corell, Rafa, es antiguo alumno del colegio El Pilar de Valencia. Licenciado en Ciencias, ha sido profesor en el colegio durante más de treinta años, impartiendo numerosas asignaturas en Secundaria (matemáticas, ciencias, informática, tecnología, laboratorios…). De hecho, su director destaca esta gran disponibilidad a aceptar una misión y su capacidad de adaptarse a los cambios. Ha desempeñado el cargo de director de ESO y Bachillerato durante bastantes años. Quienes lo conocen destacan su espíritu de servicio, siempre de forma humilde y desinteresada y su preocupación por los profesores nuevos (ha sido mentor de muchos de ellos a lo largo de los años) y por la propia comunidad religiosa del colegio. Ha trabajado también en la animación pastoral del colegio. Todos sus alumnos reconocen en él un gran educador, lleno de bondad y humanidad, capaz de preocuparse por ellos mucho más allá de los estudios. Un ejemplo para todos.

Mención oficial publicada del fallo del reconocmiento

Quienes conocemos a Rafa podemos dar fe de que esa descripción se ajusta fielmente a la realidad. Los que hemos sido alumnos suyos hemos podido disfrutarlo en clase y aprender mucho de él, del que roza la perfección en las explicaciones de pizarra aprovechando hasta el último de los espacios, tanto que hasta daba pena tener que borrarlas. ¡Fetén! como le gusta decir. Trabajador incombustible, profesor de paciencia infinita y compañero sencillo y cercano.

No hay que dejar de mencionar que en los últimos años ha sido el que se ha encargado de mantener la llama encendida de la misión, pasando con la hucha por las clases y haciendo envíos a Togo. Otros muchos buenos profesores que están y han pasado por el colegio.

Toda la Comunidad Colegial, alumnos, compañeros y familias, nos alegramos por este merecido reconocimiento. ¡Enhorabuena Rafa!



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